El clamor de una avenida olvidada
La Avenida Inés García de Durán, otrora símbolo de la cultura opita y epicentro de nuestras tradiciones, hoy yace sumida en un lamentable estado de deterioro. Las imponentes figuras del Sanjuanero Huilense, que alguna vez fueron motivo de orgullo para todos los neivanos, ahora se encuentran cubiertas de maleza y abandono, como un reflejo del descuido que ha sufrido esta importante vía, de parte del Ingeniero German Casagüa Alcalde de la Ciudad.
En un corto recorrido de no más de tres kilómetros por el que ha diario le damos la bienvenida a propios y extraños que ingresan por el sur de la ciudad y a su vez sirve como lugar de encuentro de muchos neivanos que la utilizamos para realizar actividades deportivas, donde desgraciadamente con el pasar de los días nos chocamos con un lugar plagado de problemas ocasionados por una administración municipal que no se encuentra comprometida con la ciudad.
Durante nuestro recorrido observamos fugas de agua, donde EPN debe asumir los costos, figuras sucias y algunas vandalizadas (la Policía intervino en un intento de hurto, recuperándola pero no se ha instalado), faltan tapas de las alcantarillas, luminarias incompletas y hasta fogatas para derretir cable hurtado.
Es innegable que esta situación representa una afrenta a nuestra identidad y a la memoria de quienes han contribuido a forjar nuestra rica herencia cultural. Una obra de tal magnitud, que requirió una inversión considerable, no puede quedar expuesta a los embates del tiempo y la negligencia de nuestros mandatarios.
Es necesario preguntarnos: ¿Qué ha fallado en el mantenimiento y cuidado de esta avenida? ¿Por qué una obra tan reciente se encuentra en tan precarias condiciones? Las respuestas a estas interrogantes son cruciales para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
Urge que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y se ejecuten acciones inmediatas para recuperar el esplendor de la Avenida Inés García de Durán. Se requiere un plan de mantenimiento integral que incluya la limpieza de las esculturas, la reparación de las zonas verdes y la implementación de medidas para garantizar su conservación a largo plazo.
Asimismo, es fundamental promover la participación ciudadana en el cuidado de este espacio público. La comunidad neivana debe sentirse involucrada en la preservación de su patrimonio cultural y asumir su responsabilidad en el mantenimiento de este importante referente. No podemos permitir que una obra tan significativa se convierta en un monumento al olvido. La Avenida Inés García de Durán merece ser recuperada y valorada como el tesoro cultural que es. Es hora de que nuestras autoridades y nuestra comunidad se unan en torno a este objetivo común y trabajen de manera conjunta para devolverle a esta avenida el brillo que un día tuvo.
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