Las monas doradas amamantan a las crías de otras hembras
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Durante
cinco años, un equipo internacional de científicos en la Reserva Natural
Nacional de Shennongjia, ubicada en el centro de China, se ha dedicado a
observar a un grupo de monos dorados (Rhinopithecus roxellana) y concretamente,
a las monas y a sus bebés. Más del 87 % de esas crías fueron amamantadas por
hembras que no eran sus madres.
Este fenómeno, llamado lactancia alomaterna, se da en algunas
especies de mamíferos, desde roedores hasta primates. También en humanos: las
amas de crianza ya están en desuso en sociedades occidentales, pero fueron
comunes desde la Prehistoria hasta el siglo XIX para alimentar a lactantes
cuyas madres no podían o no querían darles el pecho. Sin embargo, nunca antes
se habían observado nodrizas entre las monas del Viejo Mundo.
Según los investigadores del nuevo estudio, el cuidado
alomaterno se dio sobre todo entre monas parientes y fue recíproco. Alrededor
del 90 % de las madres amamantaron a las crías de otra hembra si esta se había
ocupado previamente de la suya. “Debido a que son familiares y comparten
una genética común, este comportamiento mejorará la supervivencia infantil y
también aumentará el éxito reproductivo”, añade.
“El comportamiento, costoso para las que no son madres,
probablemente surgió en redes de apoyo basadas en el parentesco, donde la
atención compartida ayudó a que las crías sobrevivieran en entornos duros e
impredecibles”, dicen los autores. A lo largo de cinco temporadas de cría, 40
de 46 monos lactantes fueron amamantados por hembras que no eran sus madres, y
a 22 de 46 (48 %) los alimentaron al menos dos hembras adicionales. El cuidado
alomaterno se observó sobre todo durante los primeros tres meses de la vida de
los monos dorados.
De las seis crías que no recibieron atención de otra madre
distinta a la suya, cuatro fallecieron durante el invierno. Sin embargo, solo
seis de los 40 monitos que sí recibieron cuidado alomaterno murieron.